El fisicoculturismo busca aumentar y definir la musculatura a través de la fuerza y el ejercicio constante. Fuerza, músculos, pero también belleza; un cuerpo simétrico y justo en proporciones. 

Jeaneth Argandoña es el ejemplo claro de quien tiene todo en su lugar, hace más de diez años que practica este deporte y ya es campeona nacional por cuarta vez; además, brinda asesoramiento personalizado en culturismo y fitness. Hoy hace una pausa en su entrenamiento para contarnos qué hay detrás de las pesas.    

 Entrevista por: Emilia Figueroa  

¿Qué debe considerar alguien que quiere ingresar al mundo del fisicoculturismo?    

 Tiene que estar dispuesta a seguir un estilo de vida muy disciplinado. Este deporte, a diferencia de otros, afecta directamente nuestra vida personal, familiar y social; porque demanda dedicación casi exclusiva para el entrenamiento.    

El entorno social es muy importante, porque el fisicoculturista pasa por una transformación que supone una lucha consigo mismo. En mi caso, mis familiares entienden el ritmo de vida que llevo: las dietas, los procesos, la dedicación, los cambios físicos. En mi trabajo, como profesora de educación física, me han permitido desarrollar la cultura  fitness en el gimnasio del colegio. Esto es importante, porque generalmente hay muchos prejuicios contra deportistas como yo; a menudo se nos relaciona con la violencia.     

 ¿Es un prejuicio muy marcado?   

 Se cree que somos personas rudas, pero en realidad somos muy sensibles; sobre todo cuando estamos preparándonos para un campeonato, porque nuestro cuerpo pasa por cambios drásticos y nos privamos de muchas cosas… en esa etapa apreciamos más la vida y somos muy agradecidos con nuestro cuerpo, por la flexibilidad que tiene y la capacidad de soportar el trabajo duro.    

 En mi experiencia, el entrenamiento ha servido para formarme no solo como mejor deportista, sino como mejor persona.     

 ¿Tienen un cuidado especial de la salud emocional y física?     

 Algunos deportistas serios llevan terapia durante su entrenamiento, yo también trabajo con un psicólogo en esa etapa; pero en realidad depende de cada uno.     

 Lo que se está impulsando son los temas de educación para la salud. El fisicoculturista debe cuidar mucho su estilo de vida: tenemos un régimen alimenticio, no fumamos, no tomamos y dormimos ocho horas diarias.      

 ¿El entrenamiento siempre es igual o tiene etapas?   

Tenemos etapas en el cuidado de nuestro cuerpo. Una de ellas, llamada “fuera de temporada”, es aquella en la que aprovechamos al máximo la energía que nos proporciona nuestra dieta alta en carbohidratos. Entrenamos con mucha potencia para desarrollar los músculos y mantener su volumen.    

La otra etapa es la que seguimos cuatro meses antes de cualquier campeonato, llamada “fase de definición muscular”. En dicha etapa, a grandes rasgos, dejamos totalmente la ingesta de sal, azúcar, grasas y lácteos; pero consumimos más suplementos y vitaminas; comemos cada cuatro horas; y medimos mucho la cantidad de proteínas y carbohidratos que tiene nuestra dieta. Todo esto lo acompañamos de entrenamiento y concentración.    

¿Cuál es el objetivo que se trazan en esta etapa?    

Cuando nos preparamos para un campeonato buscamos básicamente dos cosas: definición muscular y lo que llamamos “piel de cebolla”, que en el argot del fisicoculturismo se refiere a la textura de nuestra piel durante esta etapa; se pone tan delgada que se vuelve muy vulnerable a los cortes. Ambas características demuestran un entrenamiento constante y un nivel de grasa corporal bastante bajo.  Por eso, en los últimos días antes del campeonato, el atleta se ve cansado por la ausencia de líquidos en el cuerpo.    

¿Su federación financia a los deportistas destacados como tú?     

No, a mí cada campeonato me cuesta. Yo invierto mucho en mi preparación. Además de gastar  en suplementos,  dieta y gimnasios, también hay que invertir en el bikini, que es especial y muy pocas personas saben confeccionarlo; las bases de bronceado para el cuerpo, que las traen directamente de Estados Unidos y sirven para marcar los músculos; y los pasajes aéreos, para el traslado a la ciudad donde se organice este evento. Si encuentro un sponsor es posible que me facilite algunas cosas, pero generalmente todo lo que necesitamos para competir es dólar sobre dólar que sale del bolsillo del atleta.    

¿Y el premio no es en efectivo?    

Sí, pero la cantidad es simbólica; no cubre ni el diez por ciento de lo que uno gasta.    

Bueno, pero este reconocimiento te servirá en tu carrera profesional…    

Sí, me acaban de llamar para concursar en el Mundial NABBA 2011, organizado por la Asociación Fisico Culturista Argentina. Ese campeonato se dará en Brasil por el mes de junio y espero poder participar. Me siento muy orgullosa de lo que he logrado en mi cuerpo y ya estaba considerando competir fuera del país; muchas personas que conocen este deporte piensan que estoy lista. Espero estar muy cerca de dicho objetivo.    

Si quieres saber más sobre fisicoculturismo y te gustó esta entrevista, te recomiendo que veas el reportaje del programa español "21Días" que voy a colgar en la siguiente publicación.